jueves, 1 de marzo de 2007

Laguna Salada...Playa escuálida













Durante el asueto de Carnaval estuve en el estado Miranda, en un Club llamado Tortuga Lodge enclavado en Playa Miami, en el Parque Nacional Laguna de Tacarigua. Se llega en lancha, a 20 minutos de travesía.






Es emocionante una vez más ver la generosidad de la naturaleza, en esta inmensa y quieta laguna marrón -como el Guaire- que además es salada. Obligatoriamente debes atravesar pasillos de manglares estrechos y al llegar, el lanchero apaga el motor y luego rema porque ya el nivel del agua es muy llano. Aquí me impresionó ver a cangrejos negros que lamentablemente no pude fotografiar, pero que tenían una enorme tenaza roja y una tenacita ínfima, sólo las hembras -dijo un lugareño- tienen ambas del mismo tamaño. Estuvimos -mi novio y yo- ratos deleitándonos viendo cómo movía ese "garfio" como si sus movimientos fuesen robóticos, como con interferencia, torpes.






La playa tiene oleaje, pero no tanto como para atemorizarse, además es llana, caminas y caminas y aún el agua no te llega al cuello...la temperatura es lo mejor, no provoca salirse del agua...pero, ésta te mancha el traje de baño, porque es oscura.






En la orilla estuve otro rato observando a los cangrejos, estos no son negros como los de la laguna, son "catires", aquí pueden ver una gráfica de José Manuel, quien no se aburrió por espacio de una hora mientras veía cómo estos crustáceos se tocaban los ojitos y se los movían, como antenitas. Ellos sacaban bultitos de arena de su casita, porque el agua se las inunda y ellos nuevamente la limpian, sacaban una cantidad considerable, si tomamos en cuenta su pequeño tamaño.






Tortuga Lodge es como diría JM, un sitio ideal para el relax. Bajo las chozas, con la brisa y el sol, da un sueño terrible, y como hay open bar, te levantas sólo a buscar bebidas y pasapalos y nuevamente te tumbas sobre las sillas de extensión.






El restaurante tiene como lámparas unos sombreros de moriche, la comida es sana, pero un poco insípida. Por cierto,todos los techos son de moriche. Las habitaciones son confortables y grandes. El agua para bañarse también es "semi" salada porque es tratada, el complejo hotelero sólo tiene agua salada alrededor, está aislado.






La playa es tan extensa que por la mañana nos fuimos a caminar para ejercitarnos. Las noches son silenciosas y como no hay ni TV, nuevamente te obliga a dormir, es un ambiente familiar, tranquilo, ni siquiera porque era carnaval había alboroto ni un gentío.






Lo que se me olvidó preguntar fue, por qué esa playa se llama "Miami", ¿será que es refugio de escuálidos? bueh, la incógnita será despejada en un segundo apartado sobre esta playa y les dejo más fotos, muéranse de la envidia.